Asomada
a la ventana
mi alma busca.
Entre las
sombras
los restos de
su orgullo.
Nada queda
salvo
la vana
esperanza
pendiente
de un hilo que
arde.
Se convierte
en sombra
su luz
que brilla
siempre,
como
poderosa
antorcha.
Como
"centallas"
de estrellas
breves
que cubren
la nocturna
bóveda.
Luminoso
reflejo
despierta
el último
destello
de un sol
que se oculta.
Montañas
doradas,
nubes de
fuego,
mar tenebroso
desplegando
sus alas.
Rafa Marín
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