No sé,
hoy mi cuerpo
anda
por estas
calles
como un perro
abandonado.
Asomándose
a los
callejones mugrientos
con
desconfiado
e irremediable
apremio.
Con hambre de
sueños
en los que a
veces me pierdo.
Miro a las
gentes,
OH vanidosa
sociedad,
siempre vas
pendiente
del que dirán
y nunca miras
a los que
están sufriendo.
Los que un día
te echaron a andar.
Desde los
oscuros rincones,
miran con sus
ojos rojos,
y su pelaje
lustroso.
Son esas ratas
alimentadas
por la guerra de
siempre.
Herida abierta
tienen
de todos
contra todos
para que todo
siga igual.
Nada sobrevive
hoy,
ni amor ni
sueños ni paz.
Como un águila
bajan
por la tele
sus mensajes
vendiendo una
mentira
llamada
libertad.
Rafa Marín
No hay comentarios:
Publicar un comentario