Horizonte
lejano de luces
que son en la
noche
de sirenas
fuerte canto.
Te juegas la
vida
y esta será la
cuarta vez.
Dejando en
manos de piratas
el sueño que
desde hace años
te persigue
como los fantasmas
de los que no
lo superaron.
Así van
pasando los días
en este frío
bosque mediterráneo
en el que
sobrevives sin nada más
que el deseo
de otro nuevo intento.
Con la cara
sucia y las manos
de heridas de
alambre saciadas,
miras con ojos
de luna negra,
abiertos a la
esperanza
de una sonrisa
que te alivie las penas.
Y yo aquí, teniéndote
miedo.
Te llaman
ilegal los mismos
que con su avaricia sin final
de tu país te
obligaron a emigrar,
incierto viaje
lejos de esa tierra
que no puedes
trabajar.
Rafa Marín
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