Anoche
entre las húmedas
sábanas
que de sudor
la noche
empapaba,
soñé...
una cosa tan
extraña.
Del cielo caían
paraguas
en vez de las
sagradas gotas
que todo lo
bañan.
Asustado
desperté
y entre las
sombras
tu cuerpo
desnudo se agitaba.
Con tierno
gesto en tu espalda
puse un
callado beso.
Mil calambres
por mis labios
sentí correr.
como estrellas
fugaces
de tu boca hacia
el cielo
corrían un
susurro
y tus te
quiero.
Rafa Marín
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