Asesinos
los que te
mataron.
Asesinos
los que en
silencio
te señalaron.
Asesinos
ellos y su
descendencia.
Ayer mataban
poetas.
Hoy matan
libertades.
Has visto
Federico...
¡llueve sobre
las cunetas!
Cae esta agua
bendita
que la vida
despierta.
Arrastra con
su llanto
las hojas
muertas.
Tus huesos se
quedan.
No quieren en
tu tumba
una flores
expuestas.
No quieren los
colores
y la hermosura
que fueron tus
letras.
Miedo tienen
los asesinos
a la inocente
belleza.
En blancos
sepulcros
descansan tus
asesinos.
Tus huesos
Federico
tocan la
sagrada tierra.
Se llevaron
tus labios
pero no tus
adoradas letras.
Corre la
madrugada
por caminos
siniestros.
La muerte celebra
que de un
poeta
tiene sus
versos.
Sin lápida sin
flores
sólo con tu
recuerdo.
Rafa Marín
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