Entre tus manos soy,
como calavera que,
aún no está descarnada,
como calavera que,
aún no está descarnada,
ojos tan blancos como;
las nieblas de la estepa.
las nieblas de la estepa.
Sin sonrisa, desdentados huecos,
de pelo amarillo y manos vacías.
La piedad va caminando.
Toca mi pecho la camisa,
que los suyos va mostrando;
tus manos mi cintura rodean.
Veo tanta piedad mirando,
tantas horas de espera,
que no sé si huir llorando;
para que tú no me veas.
de pelo amarillo y manos vacías.
La piedad va caminando.
Toca mi pecho la camisa,
que los suyos va mostrando;
tus manos mi cintura rodean.
Veo tanta piedad mirando,
tantas horas de espera,
que no sé si huir llorando;
para que tú no me veas.
Rafa Marín
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