Vistas de página en total

sábado, 2 de febrero de 2019

El líder ( relato corto)

El líder miró desde el promontorio, a sus pies una inmensa marea de gentes le alababa el éxito de su cruzada contra la maldad de la sociedad. Él, levantó las manos y exigió silencio. Su guardia de corp, azuzó a las primeras filas y al instante todos callaron.
- Han sido 4 años cruentos, comenzó a decir. Pero al final lo hemos conseguido, ya no quedan esos seres miserables que os oprimían y os robaban.
- Ahora todo es de todos.
El clamor se alzó de nuevo, pero esta vez los dejó gritar y adorarle. Se sentía invencible.
Tras el discurso se recluyó en sus discreta ala del palacio. En ese edificio, había instalado todos los departamentos y organismos de control. Pero en él, solo el líder y su guardia podían vivir.
Por la mañana los restos de la orgía eran más que evidentes, cuerpos de mujeres y hombres estaba echados sobre alfombras y sillones. Había botellas de licor y champán y restos de alimentos exquisitos.
Todos los que iban llegando, se miraban asombrados. Como era posible, ellos habían cenado y desayunado lo mismo que iban a comer. Patatas guisadas y pan y agua.
Se corrió la voz y un grupo decidió hablar con el líder. Ese día no se pudo hablar, el líder tenía trabajo y dio cita para varias semanas después.
El palacio fue desalojado de organismos, se les acomodó en lugares más de acorde a su función. El palacio fue decorado con exquisitos muebles y enseres, pero ya nadie podía entrar allí.
El líder, mientras tomaba su almuerzo, observó como un montón de personas se congregaba frente al palacio. Llamó a su guardia y les ordenó que los dispersaran. De inmediato se oyeron disparos fuera y la muchedumbre se dispersó. Sobre el suelo quedaron varios cadáveres. Sonriendo recupero la confianza y volvió a su almuerzo. Pero otra vez la muchedumbre se congregó frente al palacio.  Esta vez el cruce de disparos se prolongó varias horas. El líder caminaba por los pasillos del palacio con preocupación. El día dio paso a la relativa paz nocturna.
Amaneció en silencio, con una luz que lo bañaba todo y en paz.
El líder, se sintió preocupado, llamó al jefe de su guardia, pero nadie acudió. Tras muchas horas de preparación y desconcierto, decidió salir del palacio. Con cautela al principio, se asomó al jardín y al no ver a nadie, se dirigió hasta la valla que rodeaba al palacio. Allí, encontró un muro, alto e insalvable que rodeaba todo el recinto. No había puertas ni escaleras, solo una pared lisa y un silencio.
Fin
Rafa Marín

No hay comentarios:

Publicar un comentario