Llega esta hora de sol alto,
la del hambre que camina,
la que en el suelo va dibujando,
como flores sombras chicas.
Llega la hora en que me marcho,
como se va la banda y su música.
Pediremos paz a los balcones,
que no ondeen en mi tierra:
ni banderas ni consignas.
Sólo la verdad de ojos que miran,
poniendo el alma y el empeño,
voces convertidas en brisa,
cantando por lo que es bello.
Rafa Marín
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