Me sorprendió su voz,
canto alegre de jilguero,
posado en la rama.
Tan dulce la sentí yo,
como se siente un te quiero,
de la boca que amas.
Un regalo de la sinrazón,
convertido en verbo
y prendido en viva llama.
Amaneceres sin dolor,
mirar sus ojos sinceros,
que en silencio claman.
canto alegre de jilguero,
posado en la rama.
Tan dulce la sentí yo,
como se siente un te quiero,
de la boca que amas.
Un regalo de la sinrazón,
convertido en verbo
y prendido en viva llama.
Amaneceres sin dolor,
mirar sus ojos sinceros,
que en silencio claman.
Rafa Marín
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