Somos también a veces,
un torpe desencuentro,
como dos hojas caídas,
un torpe desencuentro,
como dos hojas caídas,
que separa el viento.
Un recorrer la calle,
esquinas sin tiempo;
aceras siempre malditas,
que sólo saben de sueños.
Una verdad escondida,
que anhela los juegos,
aunque para todos diga:
no es eso lo que quiero.
Somos miradas de lejos,
una verdad que conspira,
la nada entre los dedos,
aferrándose a la vida.
Un recorrer la calle,
esquinas sin tiempo;
aceras siempre malditas,
que sólo saben de sueños.
Una verdad escondida,
que anhela los juegos,
aunque para todos diga:
no es eso lo que quiero.
Somos miradas de lejos,
una verdad que conspira,
la nada entre los dedos,
aferrándose a la vida.
Rafa Marín
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