De esa nada que llaman sentimientos,
de esa pétrea mentira se llenan,
sus desolados desiertos.
Son los cazadores de almas,
los arrecifes, mar incierto;
conciencias ya devastadas,
por los duros palos del tiempo.
De su voz escrita que clama,
como fríos bloques de hielo.
Rafa Marín
No hay comentarios:
Publicar un comentario