En este crisol de voluntades,
como si fuéramos todos,
el más preciado de los metales,
pedimos fundirnos como plomo.
Necesitan fuego a raudales:
el oro, el acero y el cromo,
y la brasa nos hace maleables.
¡Ah! Pobre ventura de locos,
en su infierno de necedades.
como si fuéramos todos,
el más preciado de los metales,
pedimos fundirnos como plomo.
Necesitan fuego a raudales:
el oro, el acero y el cromo,
y la brasa nos hace maleables.
¡Ah! Pobre ventura de locos,
en su infierno de necedades.
Rafa Marín
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