Asomada a esta ventana,
seis rosas en la madrugada.
Rojas en su pasión.
Por el rocío están bañadas,
tan sublimes y delicadas,
que soñar es mi perdición.
Y aquí, más perdido que vivo,
moribundo sigo estando yo.
Mi faz al cristal pegada,
sin sentir el perfume
de cada bella flor.
Brilla este bendito sol,
ojos que son sólo miradas;
por una caricia reza mi corazón.
seis rosas en la madrugada.
Rojas en su pasión.
Por el rocío están bañadas,
tan sublimes y delicadas,
que soñar es mi perdición.
Y aquí, más perdido que vivo,
moribundo sigo estando yo.
Mi faz al cristal pegada,
sin sentir el perfume
de cada bella flor.
Brilla este bendito sol,
ojos que son sólo miradas;
por una caricia reza mi corazón.
Rafa Marín
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