Hay una razón escondida,
que puebla este camino,
como el recodo escondido,
que no vemos en la niebla.
Hay, porque así lo quisimos,
pasiones que nos atropellan,
risas que fueron de niño,
un hogar en la colmena.
Hay, como palabras y dichos,
que atan nuestras lenguas,
mil fortunas en entredicho
y un vacío que nunca se llena.
Noches que nunca han sido,
porque se quedaron en vela,
tu enseñándome el camino
y yo jugando en las cunetas.
Rafa Marín
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