Temblando de pies a cabeza,
como una hoja a merced del viento,
como tiembla la tierra,
en su mismísimo centro.
Solo es frío se decía ayer,
pero siempre fue de miedo.
Miedo a no poder escapar,
a que quedase su corazón expuesto,
miedo, puro y frío y cierto.
Rafa Marín
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