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martes, 24 de abril de 2018

Rezar

Rezar, implorar a lo divino,
que nunca escuchará.
Yo, que con sangre en un pergamino,
al diablo pedí firmar.
Más, ¿quién en su sano juicio,
pide a cielos e infiernos,
lo que es de hombres nada más?
La certeza y su condenación,
polvo seremos sin un más allá;
pues de esas llaves de San Pedro,
nadie oyó el dulce titinear.
No reniego de la fe,
sino de vivir con miedo;
por mis actos en vida,
la historia me juzgará.
En vida pagué con mil infiernos
y en la paz de la muerte
no quiero ninguno más.

Rafa Marín

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