Luces al alba,
como tierna flor
que nace bajo las estrellas
en la fría madrugada;
como la brisa que rola,
como espuma de mar.
En mis labios que no oran,
plegaria que se olvidó de cantar;
que bellas las luces de tu puerto
entre la niebla de mi perdida paz,
película en gris y negro.
Pero al alba te vi llegar,
con tu vestido de amapolas,
con tu sueño sin realizar;
asomándote a los pozos,
que no eran reflejos
ni de luna ni de verdad.
Que hermosos tu piel,
tus labios y el eco de su no.
Rafa Marín
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