Nunca fuiste niño,
una boca que alimentar,
espalda para un castigo,
carne blanca nada más.
Ahora frente al espejo,
¿quién te verá llorar?
Una tumba sin testigos,
tierra húmeda te cubrirá.
Vamos, despierta ahora;
llegó el tiempo de caminar.
Fríos son estos cuchillos,
que buscan tu espalda;
la venganza quiere jugar.
Rafa Marín
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