A mí voz que le canta al viento,
que como suave brisa se levanta
y es la aurora que mesa tus cabellos.
No le pongas peros ni trabas,
ella no necesita urgentes gestos.
Le basta con ser libre y destapar,
un suspiro ilusionado en tu pecho.
Ella gusta de dejarse ilusionar.
Mi voz no canta para ti en concreto,
es susurro de la noche en el maizal;
canto del arroyo por los vericuetos,
palabras sencillas y poco más.
Rafa Marín
No hay comentarios:
Publicar un comentario