Vistas de página en total

martes, 9 de octubre de 2018

El chico (relato corto)

Correteaba entre las rocas y de vez en cuando asomaba sonriente la cabeza; sobre ella un deshilachado gorro de paja y una gran sonrisa sin miedos. Ella lo mira desde la distancia, se le ve tan hermoso y feliz, aún recordaba cuando lo vio por primera vez, tan asustado.
El camino del monte estaba cortado y un gran incendio iluminaba la noche, de entre los arbustos emergió como un pobre perro hambriento de amor y cuidados. Hicieron falta 4 ó 5 bomberos y varios policías para atraparlo. Sólo por el relato de una anciana supieron de él,
que su padre, o al menos eso se creía, era el pobre borracho que murió esa noche en el incendio y de su madre, nadie supo nunca nada. Se crió por así decirlo salvaje y libre como un lobezno. Ella, como responsable del dispositivo lo llevo al juzgado y pidió cuidarlo.
De aquella noche hacía ya 6 meses, ella había intentado por todos los medio llevarle a la escuela, pero aparte de no pronunciar palabra, él se escapaba cada vez. Los días iban pasando y el niño parecía feliz a su lado; en servicios sociales la dejaron ir haciendo.
Una noche, mientras preparaba el mágico momento del baño, un toma y daca que podía alargarse varias horas, notó en el niño una mirada triste y a la vez confusa, pero pasó y como él se dejó bañar sin protestas ni bufidos ni carreras, pronto cayó en el olvido.
Llegó el verano y el primer aniversario de aquel encuentro, el niño era capaz de pronunciar algunas frases y por lo demás ella sentía un amor tan grande por él, que ninguna madre podría superarlo, y sólo por esto ya veía en los ojos del chico lo que pronto llegaría.
La noche era calurosa y muy ventosa, todos los retenes estaban en alerta. El niño dormía intranquilo y ella estaba de guardia. Sobre la media noche, llegó el aviso, un fuego con varios focos se estaba descontrolado y hasta allí acudían las dotaciones disponibles.
El fuego pronto alcanzó proporciones dantescas y algunos aseguraron después que un niño corrió hacia las llamas gritando y bailando.
Algún tiempo después en otro continente, en otro incendio, apareció un niño que parecía un perro hambriento de amor y cuidados y que se necesitaron varias personas para poder atraparlo, aunque esta vez no tuvieron suerte.

Fin

Rafa Marín


No hay comentarios:

Publicar un comentario