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lunes, 8 de octubre de 2018

Amanecer

Ya se filtra gris y fría esta luz del amanecer,
Me levanto entre temblores y voy al baño;
tras mearme encima,
miro mi ridícula hombría.
Para esto pusimos tanto empeño en envejecer?
Me tiembla la barbilla,
como tiemblan las tazas,
cada vez que pasa el tren.
Los dolores de espalda,
esta tos exasperante y ver;
que del espejo soy un esperpento,
el reflejo de un uniforme a rayas,
que no lleva a nadie dentro.
Tengo frío y me digo que,
al menos siento la crueldad,
la satisfacción de estar vivo.
No tengo ánimos para un café,
ni siquiera para la media tostada.
Ella me mira y yo a ella también,
sonreímos y nos damos la mano;
de algo ha servido está larga amistad.
Con esta certeza nos acercamos,
apoyo mi cabeza en su hombro
y le digo que soy muy feliz.
Abrazados lloramos un rato,
luego pongo de comer a los peces,
nunca pensé que vivirían más que yo.

Rafa Marín

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