Bajo la mimosa en flor,
sentados unían sus bocas.
Ella toda entera dulce amor
y él, sin enterarse siquiera.
En otoño a sus labios un beso le robó,
no quiso darse cuenta.
De sus ojos enfermos ella se enamoró
y también de sus torpes letras.
Que rápido el tiempo pasó,
más de lo que el reloj demuestra;
así otro otoño a sus labios llegó,
como hojas que decoran las aceras.
Hoy debo pedir tu perdón,
no me deja vivir la conciencia;
tú querías empaparte de amor
y yo solo soy un sinvergüenza.
Ella toda entera dulce amor
y él, sin enterarse siquiera.
En otoño a sus labios un beso le robó,
no quiso darse cuenta.
De sus ojos enfermos ella se enamoró
y también de sus torpes letras.
Que rápido el tiempo pasó,
más de lo que el reloj demuestra;
así otro otoño a sus labios llegó,
como hojas que decoran las aceras.
Hoy debo pedir tu perdón,
no me deja vivir la conciencia;
tú querías empaparte de amor
y yo solo soy un sinvergüenza.
Rafa Marín
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