Esta mañana te recuerdo,
cándida luz de la mirada,
vestida de ojos negros.
Delicada como la flor de jazmín,
en la tarde fresca del huerto,
cuando con tu perfume,
acallabas la osadía del limonero.
Te recuerdo vestida de ti,
tan blanca como el invierno.
El armiño cálido tu piel,
que entre mis dedos es,
seda como jamás otra sentí,
en aquel paraíso entre abetos.
Te recuerdo, mujer y niña feliz,
que entre besos y miradas,
para mí se hizo fecundo cuerpo.
cándida luz de la mirada,
vestida de ojos negros.
Delicada como la flor de jazmín,
en la tarde fresca del huerto,
cuando con tu perfume,
acallabas la osadía del limonero.
Te recuerdo vestida de ti,
tan blanca como el invierno.
El armiño cálido tu piel,
que entre mis dedos es,
seda como jamás otra sentí,
en aquel paraíso entre abetos.
Te recuerdo, mujer y niña feliz,
que entre besos y miradas,
para mí se hizo fecundo cuerpo.
Rafa Marín
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