Hay una heladora bruma,
enrredada en mis huesos.
Es la noche eterna que,
Es la noche eterna que,
los que no somos buenos,
compartimos entre deshechos.
Sueños que son madrugadas,
amaneceres sin cielos.
Los viejos recuerdos,
compartimos entre deshechos.
Sueños que son madrugadas,
amaneceres sin cielos.
Los viejos recuerdos,
rituales sangrientos
del omnipresente ayer.
del omnipresente ayer.
Como cuando ruge el mar,
la brisa de sus lamentos,
desarbolando los trapos,
arrancando ayes del pecho.
La furia rompe contra el muro,
embestidas del profundo yo,
una mano tendida al vacío,
noche eterna en mi dolor.
La niebla, cristal sucio y roto,
se llena con esta lágrima,
que tantea en el suelo,
manos heridas por el sudor.
la brisa de sus lamentos,
desarbolando los trapos,
arrancando ayes del pecho.
La furia rompe contra el muro,
embestidas del profundo yo,
una mano tendida al vacío,
noche eterna en mi dolor.
La niebla, cristal sucio y roto,
se llena con esta lágrima,
que tantea en el suelo,
manos heridas por el sudor.
Rafa Marín
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