En un plato de sopa,
que la verdad esconde,
que la verdad esconde,
miga ese pan reñido,
que tiene sabor a pobre.
Una vela que oscila,
sombras sin redoble
y una casa tan vacía,
como su bolso de cobres.
Así, lágrimas vertía,
callando por si la oyen,
que más que cuerpo tenía,
un saco de huesos sin nombre.
que tiene sabor a pobre.
Una vela que oscila,
sombras sin redoble
y una casa tan vacía,
como su bolso de cobres.
Así, lágrimas vertía,
callando por si la oyen,
que más que cuerpo tenía,
un saco de huesos sin nombre.
Rafa Marín
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