Tantos sueños perdidos,
tanta gloria en la venas,
tantos miedos vividos y,
ahora tú me dejas,
sin la miel de tus labios.
Tantas mañanas muertas,
tantas tardes de abrigo,
tantas carreras sin meta,
y ahora tú,
con los ojos cerrados,
me buscas a tientas.
Desencuentros que son
gigantescos molinos,
al pie de una carretera.
Un hogar encendido,
va quemando esa leña,
de aquel viejo olivo,
que cumplió sus promesas.
Para qué todo ha servido,
si se están volviendo quejas,
en una razón sin sentido,
paradojas con moraleja.
sin la miel de tus labios.
Tantas mañanas muertas,
tantas tardes de abrigo,
tantas carreras sin meta,
y ahora tú,
con los ojos cerrados,
me buscas a tientas.
Desencuentros que son
gigantescos molinos,
al pie de una carretera.
Un hogar encendido,
va quemando esa leña,
de aquel viejo olivo,
que cumplió sus promesas.
Para qué todo ha servido,
si se están volviendo quejas,
en una razón sin sentido,
paradojas con moraleja.
Rafa Marín
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