Me asomo a ese callejón,
de sus siempre perdidos ojos,
melodía que canta la lluvia,
para decir que están rotos.
Sueñan mis cristales sucios,
un reflejo vuelto escombros.
Nada parece estar bien,
todo es la vorágine del tordo,
un desahucio en las alturas,
un morirse poco a poco.
Pero me vuelvo a asomar,
un incendio en el rastrojo,
otra vez me vuelvo a quemar,
soy sarmiento y despojo,
que en su fin hará brillar,
con un poco de calor sus ojos.
de sus siempre perdidos ojos,
melodía que canta la lluvia,
para decir que están rotos.
Sueñan mis cristales sucios,
un reflejo vuelto escombros.
Nada parece estar bien,
todo es la vorágine del tordo,
un desahucio en las alturas,
un morirse poco a poco.
Pero me vuelvo a asomar,
un incendio en el rastrojo,
otra vez me vuelvo a quemar,
soy sarmiento y despojo,
que en su fin hará brillar,
con un poco de calor sus ojos.
Rafa Marín
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