Canta el mar y en su grandeza,
olvida su inmensidad,
y muere a tus pies entre susurros.
Él, que de los marineros
es su lecho más profundo,
cada noche a la luna hace rielar
y la vuelve en tus ojos reflejo
y tristes pétalos de sal.
Y tú, sin saber ni pensar,
te vuelves sirena vanidosa,
que añora vivir otros mundos.
olvida su inmensidad,
y muere a tus pies entre susurros.
Él, que de los marineros
es su lecho más profundo,
cada noche a la luna hace rielar
y la vuelve en tus ojos reflejo
y tristes pétalos de sal.
Y tú, sin saber ni pensar,
te vuelves sirena vanidosa,
que añora vivir otros mundos.
Rafa Marín
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