Demasiados culpables sueltos
y pobres pagando por ellos.
No se llaman Carter,
ni van a ser campeones de nada.
Solo quisieron cuatro paredes,
para llamarlas hogar.
No hubo disparos en la madrugada,
solo un papel sobre una mesa
y el caprichoso destino,
que los intitó a jugar.
Rafa Marín
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