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lunes, 19 de agosto de 2019

Camareras del café Lavazza

En esta esquina junto a la salida,
tras esa barra con tanto tránsito,
la máquina del café y sus sonrisas,
que cada tarde me quedo mirando.
Ojos cansados y manos con prisa,
entre los clientes se van afanando,
café con sirope de canela y risas,
para que sea liviano tanto trabajo.
Ahora, entre la luz que está brillando,
sus ojos se asoman y tal vez miran,
como este tonto está versos rimando.
No temáis a mi boca dulces chiquillas,
es solo una voz que ha despertado,
con ese café que a vivir me invita.
Rafa Marín

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