Camino de arena y rocas,
un albero hacia la codicia,
con sabor a dura derrota.
Centinela que se inicia,
entre eucaliptos y zozobra,
como galeón a las indias.
En este oro que te arropa,
erial que solitaria pisas,
canta el mar con sus olas,
sueños que son caricias,
de lo profundo y su sal.
Un jardín y mil delicias,
sentidos para conquistar,
siempre siendo corona,
sin cabeza para reposar.
Un camino hasta la gloria.
Rafa Marín
No hay comentarios:
Publicar un comentario