Al clarear de la mañana,
veo las olas a la playa llegar,
vestidas de sal y plata,
sueño del que no despertar.
El azul que el cielo baña,
una nube que quiere pasar,
momentos de mis entrañas,
esperando verte llegar.
La mirada que se ilumina y,
en las manos con una flor,
el corazón, cual verdad que imagina,
se acelera como un motor.
Rafa Marín
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