Vistas de página en total

viernes, 20 de diciembre de 2019

¿Quién sabe? (relato corto)


Soy como un maestrillo viejo y cansado. En lo que me adiestraron, fui el mejor. Como dicen por ahí, un referente. Un gran silencio y demasiados secretos. Hoy, mirando las viejas fotos casi me puse a llorar, como cuando era un chiquillo hambriento y asustado.

Me pregunto si esta ceguera que atrapa mis ojos, no es el justo castigo, por haber visto demasiado. Pero ya todo da igual. Cada atardecer,  cuando cierro el viejo cuaderno y enciendo el único cigarrillo que me dan, pienso.

La vida se portó medianamente bien. Fue un largo y duro camino, tanto, como placentera es esta vejez. Hubo piedras y también yunque y martillo, la necesidad se cebó, pero encontré los mejores amigos, derrocaron por mí, su vida y su piel.

Los recuerdo, tengo de ellos, a veces momentos sencillos y otras, otras un infierno al que volver.

Los vi partir, a cada uno de ellos, sin chistar y sin necios revuelos, madrugadas de la soledad. A veces por la mano del destino y otras por propia voluntad.

Ahora, cuando sobre la almohada me reclino, sus voces siento y las oigo, como al murmullo del mar.

¿Quizás mañana no me levante, quién sabe? Pero la noche me invita a soñar y no tengo necesidad de aullar estos viejos lamentos que tanto tuve que callar. Así, que si me permiten un consejo. Dejen los miedos atrás, elijan un destino al que llegar y con quien compartirlo.

¿Quién sabe? La vida nunca deja de sorprendernos. 



Fin

Rafa Marín 


4 comentarios: