Recorre mi memoria el ayer,
trenes que no tienen alma.
Sueño y sin querer,
me recreo en tu mirada.
Los cantos felices sonaban,
como disparos temibles.
Era como ese volver a casa,
de los que no tienen hogar.
Las calles se van alejando,
los gritos ya se perdieron,
en la lejana distancia.
Rafa Marín
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