Este infierno sin tu gloria,
mil condenas en mi cuerpo.
Tú, flor tan hermosa y yo,
que en mi piel no quepo.
¡Ay!
Labios que sobre pétalos se posan,
como abejas en los almendros.
Yo pidiendo que marzo venga,
y tu mirada que se volvió hielo.
Rafa Marín
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