Te miro y te imagino,
pequeña y dulce chiquilla,
en esas manos que no saben,
de la dulzura que te anida.
Te miro y se me parten:
alma y sueños y vida.
¿Cómo no podrán amarte,
si eres el amor que invita?
¡AY!
Que poco saben del arte,
que tu corazón necesita.
Rafa Marín
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