De este horizonte que ya espera,
cuando el sol es en mi espalda,
una terca sombra que se aleja.
Viajar sin mirar atrás, espada,
que enfundada en mi pecho, mata.
Juegos de mi vida que te espera,
la verdad del amor que nos ata,
sus inquebrantables lazos de seda.
Y no hay otra verdad sin falta,
mi voz cuando se llena de pena.
Quise al poeta emular, sin gracia,
nunca fui de muchas letras,
de mi corazón parten las palabras,
suspiros que ni siquiera niegan,
este dogal convertido en rama.
Así que cuando la luna salga,
levanta tus ojos, que el cielo llenan,
haciendome feliz en cada mirada.
Rafa Marín
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