De entre la nada apareces,
como una llama que no arde,
aunque bajo el sol eres todo brillo.
Cubres con tu estar flores,
briznas y hasta el plumaje
de los pájaros dormidos.
Eres a veces minúscula gota
y otras un mar en la pradera.
Eres tan sutil que,
te pusieron por nombre Rocío.
Rafa Marín
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