No puedo escribir lo que ya es.
Su mirada encendida, su boca golosa,
sus manos inquietas sobre mi torso.
No puedo escribir lo que ya es.
Sus caderas suaves, sus pechos que bailan,
su ser que me goza, encendida pasión.
No puedo escribir lo que ya es.
Su mente perversa, su risa de niña,
este amor que todo lo es.
Rafa Marín
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