Hoy,
mientras caminaba,
vi el romero en flor
y las hojas de la carrasca,
con un verde que brillaba.
Los pinos achaparrados
y a lo lejos,
una ciudad que despertaba.
Hoy,
sentí en mis huesos,
la necesidad que me llamaba.
La brisa que me acompaña me trajo tu recuerdo,
despertando una lágrima.
Hoy,
quise marcharme lejos,
allí donde duermen las hadas,
pero no había un espejo,
que quisiera mi alma.
Rafa Marín
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