Esta noche la maldad ronda,
con sus negros nubarrones,
la paz entre antorchas se lleva.
Estallan los vivas, al muerto
y a la muerte, el pueblo implora,
con fervorosa potencia.
¿Todo se ha perdido?
La esperanza no para a las fieras.
Ven dulce muerte, ven;
que aún nos queda conciencia.
¡Ay! España, que tanto me dueles.
¿Dónde están tu alma y esencia?
En tus pueblos los odios nacen,
como en el barbecho las hierbas,
todas de infértil verde,
todas de amargura estéril.
Rafa Marín
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