La tarde, entre chubascos,
por fin claréa.
Esos adioses de agua,
que entre los adoquines,
son el reflejo de mi prisa.
Nadie me persigue, nadie me espera,
solo estos fugaces recuerdos,
en una mañana sin brisa.
Hoy el sol está, pero no calienta,
oculto tras desencuentros,
en esta mañana de lluvias.
Rafa Marín
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