No hay otra verdad que esta que ves.
Solo un alma desahuciada,
que no quiere para nada entender.
No me sonrojo porque no me ves,
soy como la presa atrapada,
que no se dejará vencer.
Ya no tengo garras afiladas
y todo se volvió un pasado ayer,
cuando las mujeres se entregaban,
Porque tan solo buscaban placer.
Rafa Marín
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