Siento la brisa densa,
como cuando en el bosque,
me pierdo en la niebla.
Siento que este sol,
no es el que quiero yo,
solo mis huesos calienta,
sin un hola o un adiós.
Es un perdido Ra,
sin la mínima conciencia,
de lo que es dejarse adorar.
Un requiebro que sólo sabe jugar.
Rafa Marín
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