Por su gracia, de mi huyó el sueño,
se volvió su risa tan lejana,
rojos sus labios se fueron,
alegría que imagino mundana.
De verla solo diría; te quiero.
Pero ella, corriendo escapa,
sin dar oportunidad a este versero,
que de poder en su boca,
pondría más de mil besos.
Rafa Marín
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