Hoy nada quiere decir la poesía,
está escondida, sol de madrugada.
Hoy no hay la rutilante estrella,
que ilumine esta voz cansada.
Hoy, en la que el alma entregaría,
soy una voz gritando a la nada.
Tantas noches en aquella sangría,
para que al final ya no me duela.
Hoy por mí nace de nuevo la vida,
alas blancas que comen habichuelas.
Rafa Marín
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