A la sombra de sus muros,
hay un cajón de arena.
hay un cajón de arena.
Arbotantes y gárgolas,
ese lugar observan.
Unos árboles y dos ancianos,
que con su nieto juegan.
Unos árboles y dos ancianos,
que con su nieto juegan.
Notre Dame la hermosa,
la de las viejas piedras,
en pálidas noches de luna,
se asoma al río la señora,
sobre sus aguas se refleja,
París por entero la adora.
Anoche mientras ardías,
voces salen de sus gargantas,
que grande es la melodía,
cuando un pueblo unido canta.
la de las viejas piedras,
en pálidas noches de luna,
se asoma al río la señora,
sobre sus aguas se refleja,
París por entero la adora.
Anoche mientras ardías,
voces salen de sus gargantas,
que grande es la melodía,
cuando un pueblo unido canta.
Rafa Marín
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