Hay un sueño en espera,
que cada amanecer llega,
como un suspiro inquieto,
un corazón que perdido,
a palpitar de amor acierta.
Hay sombras en las luces,
almas que se entregan;
sin miedo viven la vida,
porque el tiempo se las lleva.
Hay, entre la razón
y el caprichoso olvido,
un barquito velero,
que el azul navega.
Hay más del mil motivos,
sangre llenando mis venas,
corazones hoy fugitivos
y mañana pagando condena.
Rafa Marín
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