Miro los surcos preñados,
el cañaveral que se ondula.
Miro el azul luminoso
y la tierra que germina.
Todo esta vivo,
hasta mi mirada perdida.
La tarde me pide silencios,
es ese momento justo,
el cañaveral que se ondula.
Miro el azul luminoso
y la tierra que germina.
Todo esta vivo,
hasta mi mirada perdida.
La tarde me pide silencios,
es ese momento justo,
antes que la función comience,
cuando el escenario se ilumina
y, cual joker, aparece el bufón.
Derramo mis lisonjas baratas,
para que rían poderosos y vagos,
una torpeza que me garantiza:
un mendrugo y una esterilla,
siempre cerca del fuego.
Miro, porque mirar invita
a sentir la emoción pasada,
aquella gloria sin botín,
las eternas malditas madrugadas.
cuando el escenario se ilumina
y, cual joker, aparece el bufón.
Derramo mis lisonjas baratas,
para que rían poderosos y vagos,
una torpeza que me garantiza:
un mendrugo y una esterilla,
siempre cerca del fuego.
Miro, porque mirar invita
a sentir la emoción pasada,
aquella gloria sin botín,
las eternas malditas madrugadas.
Rafa Marín
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