Se acumulan
hoy
estos
desmedidos recuerdos,
imágenes que
fugaces,
pasan ante mis
ojos cerrados.
Son como las
verdes hierbas
que crecen
junto al camino,
acompañantes
silenciosos,
del eterno y
silencioso viajero.
Algunos tengo
que despiertan mi sonrisa.
Recuerdo al
inocente niño
que feliz se
bañaba
en el río
Ghambia, ajeno a los peligros.
Los hay
tristes si no más;
la niña
abandonada, el viejo solitario
y ese padre
impotente suplicando
ante hombres
armados.
Se acumulan
tantos y tantos recuerdos,
no hay forma
de encontrar sosiego.
Rafa Marín
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